14.1.07

¡Que Grande es el Video-Club!

Dejemos las cosas claras desde un principio: A mi me encanta el Séptimo Arte. Me chifla el Cine. Pero TODO el Cine. Sin discusión. Tanto las películas buenas como las menos buenas e incluso algunas marcadamente malas. No se si debe a ese bello rasgo especial del que hago gala y que consiste en descubrir y reconocer la belleza intrínseca que todas las cosas de este mundo poseen, pero el caso es que hasta en una película que para el resto de la humanidad puede ser infumable, yo puedo encontrar ciertos elementos que valoro positivamente. No le den más vueltas, ni busquen una explicación plausible: yo soy así.

Pero, ¿cual es el origen de este tórrido romance que mantengo con el Cine? ¿Dónde se ubican las fuentes de esta pasión irrefrenable que me consume? ¿Cómo demonios surgió todo? Me gustaría poder contarles que todos mis conocimientos cinematográficos actuales son producto de una infancia idílica en un pequeño pueblo del interior de la Toscana, acompañando a un viejo proyeccionista ciego el cual me descubrió el neorrealismo italiano de la mano de Visconti, Rosellini, De Sica y Paolo Maldini (¿por qué no?) entre otras tendencias, amén de dejarme como herencia tras su muerte, un rollo de película con más de 220 minutos de besos heterosexuales en blanco y negro y Cinemascope. Pero mentiría como un bellaco y no es plan de ir perdiendo los ya pocos lectores que tengo. También podría decirles que tuve la suerte de disponer justo al lado de mi casa de un vetusto Cine-Club regentado por una pareja de artistas bohemios exiliados franceses, los cuales me introdujeron en el mundo de la Nouvelle Vague proyectando ciclos de Truffaut, Cocteau, Chabrol y Michel Platini (¿por qué no?) además de enseñarme a preparar crêpes y a no lavarme durante meses, pero es una historia todavía mas inverosímil si cabe y a diferencia de la anterior no ha sido llevada al cine con éxito de crítica y público.

La respuesta a las preguntas formuladas con antelación es simple: Mi particular escuela de cine, y la de la “práctica totalidad” de coetáneos y/o compañeros de generación, ha sido el Video-Club. Y desde este, mi (su) blog, hoy le quiero rendir mi más sincero homenaje a la figura, hoy desgraciadamente en avanzado retroceso y/o clara desaparición, de estos establecimientos que forjaron desinteresadamente en nuestras conciencias los cimientos de un espíritu crítico, unas ansias de conocimiento y un imperecedero amor por el Cine y lo que representa.

Situémonos en el contexto histórico apropiado, volvamos a los principios-mediados de los 80 y comprendamos los causas fundamentales que formaron el caldo de cultivo primigenio de donde surgirían los VideoClubs. Recuerden, recuerden, año 1984, Reagan, Chernenko y Thatcher, La Guerra Fría, el Iran-Contra, el SIDA, el Electro-Pop... el mundo era un lugar peligroso y hostil, plagado de violencia y amenazas contra la civilización y siempre con la sombra del Holocausto Nuclear pendiendo sobre nuestras cabezas. Ante este desolador panorama era responsabilidad de las manifestaciones artísticas, y muy especialmente del Cine, contar con pelos y señales lo que estaba pasando, denunciar el progresivo deterioro social en todos los ámbitos de la vida pública y privada y señalar con el dedo al auténtico responsable (el malvado y pérfido “Comunismo Anticapitalista”) para que los ciudadanos no solo conocieran el origen de todas sus tribulaciones sino para que despertaran del largo letargo y comenzaran a actuar...por cuenta propia si fuese preciso.

Desgraciadamente el Cine y particularmente las Grandes Productoras de Hollywood dejaron pasar esta oportunidad de reconciliarse con sus masas y rehusaron ejercer tan beneficiosa acción social. En lugar de mostrar al público los males que nos acuciaban prefirieron dirigir y producir auténticos pestiños románticos alejados a más no poder de la realidad como “Pasaje a la India”, “Memorias de África” y “Una Habitación con vistas” entre otras veleidades Victorianas. Y luego se extrañan de la crisis de audiencia que padecieron durante esta época...pero ¿quién podría salvar al Cine de esta crisis irrefrenable y ofrecer al vulgo lo que demandaba, que no era otra cosa que REALIDAD? Respuesta: El Cine de serie B, el hermano pobre, el siempre denostado producto de segunda categoria...todo eso y una pareja de productores israelis!! Sigan leyendo.

Menahem Golan y Yoram Globus aterrizaron en los Estados Unidos en 1979, tras producir varios éxitos de renombre dentro de la Cinematografía Israelí (sustituyan “israelí” por “española” y podrán hacerse una idea de la calidad de este Cine), con el fin de emular la formula que les hizo famosos en su país de origen: producciones baratas con efectos especiales que harían palidecer al mismísimo Ed Wood, guiones de tercera categoría cargados todos ellos, eso si, de comentarios anti-arabes en el 90% de las frases, seguidas de secuelas y precuelas ad nauseam a cual de todas más infame, y una publicidad engañosa y traicionera (mítico es aquel comunicado de Golan a principios de los 80 anunciando el inicio de una producción con Sean Connery y Roger Moore como actores principales. El único problema es que ambos actores habían negado involucrarse tiempo antes). Para ello se hacen con el control de la productora CANNON y en pocos años y durante todos la decada de los 80 copan el mercado y en especial todas las estanterías de los video-clubs españoles, con sus películas de serie B que hoy forman parte del recuerdo imborrable y colectivo de toda una generación de treintañeros. Cannon destaca por producir películas fieles con la realidad de los 80: peligros por doquier, héroes que actuaban por su cuenta y riesgo, justicia inexistente, ansias de venganza irrefrenables y justificadas, castigos desproporcionados...(“Hebrew way of life” aplicado al Séptimo Arte). Lo que en otras épocas los críticos hubieran calificado de Cine Social o Cinema Verité, ahora era calificado de Cine Fascista y Reaccionario!! Valiente necedad propia de intelectuales izquierdistas vendidos a Moscú!!

Con el fin de desmentir todos estos despropósitos realizaremos un breve (no se para que les engaño, esto de breve no tiene nada) análisis de las mejores películas de esta Factoría de los Sueños que fue Cannon durante los años 80 desarrollando tanto su sinopsis general como una pequeña crítica/comentario/enseñanza al respecto. Siéntense comodamente, se abre el telón...

Charles Bronson: Un actor fetiche para la Cannon, actúa en una decena de películas para esta productora, siendo las mas recordada la Pentalogía “Death Wish I, II, III, IV y V” (en castellano: “Yo soy la Ley” y derivados “Yo soy la Justicia 1 y 2”, “El Justiciero de la Ciudad”, etc.).
Miren la cara de mala hostia que tenia Bronson. Intimida a cualquiera.

Sinopsis: Charles Bronson es Paul Kersey, un arquitecto ejemplar, temeroso de Dios y amigo de sus amigos, que con esa cara de “Kublai Khan” que caracterizaba a Bronson no daba indicios de haber roto un plato en su vida. Pero la fatalidad se topa con el bueno de Charles y una noche un grupo de punks-quemabanderas-comunistas matan a su mujer y violan a su hija dejándola lerda perdida. Paul Kersey entra en un estado de catarsis, se compra una Colt Python y empieza a impartir justicia en forma de balas del calibre 44. En cada película se casaba de nuevo pero la mujer no le duraba mucho porque siempre la mataban al principio para justificar la motivación del personaje en el film. Consejo: Si un día os despertais y veis que sois la mujer/hija/hijo/cuñado/nuera de Charles Bronson, salid de casa, corred hacia delante y no mireis atrás. Trae mal fario.

Comentario/enseñanza: En los 80 impera la ley del más fuerte y si la justicia no te puede ayudar (cosa más que normal), ¿a que esperas a impartirla tu mismo y tu pistolón? La ley del Talión es la ley más suprema que existe. Aplícala. Aquí tienes al bueno de Charles que te enseñará como. Todos recordamos con emoción y nostalgia aquella famosa secuencia en Death Wish IV (¿o era III?, ¡que más da!) donde Charles descubre in fraganti a dos jovenes rateros de raza afroamericana intentando robar su coche. Acto seguido les descerraja sendos tiros en sus cabezas como si nada, deja sus cadaveres humeantes en la calzada y se marcha con su coche intacto al encuentro con su amada. ¡Que grande eres, Charles! Quince o más como tu y acabábamos con la delincuencia en un abrir y cerrar de ojos.

Genero Ninja: A destacar las películas protagonizadas por Michael Dudikoff (“El Guerrero Americano 1,2,3 y 4” (American Ninja 1,2,3 & 4) y el gran actor de artes marciales japonés (y campeón de kárate) Sho Kosugi y su famosa trilogía Ninja (“Ninja” (Enter the Ninja), “La Venganza del Ninja” (Revenge of the Ninja) y “Ninja 3: La Dominación” (Ninja-3-The Domination)).

Michael Dudikoff preparado y dispuesto para repartir estopa

Sinopsis: ¿De verdad creen que les voy a contar el argumento de todas estas películas? Van listos. Resumen general: Ninjas dándose de mamporros por asuntos que bien pudieran haber solucionado hablando, aunque de esa manera hubiese sido muy aburrido.


Revenge of the Ninja: Sin palabras. Una joya del Cine incomprendida


Comentario/enseñanza: El cine de la Cannon fue más allá de su vertiente lúdica y consiguió que toda una generación de jóvenes españoles mostrara interés por conocer los usos y costumbres de una cultura milenaria como la japonesa. ¡Que mejor manera de conocer a un pueblo que contemplar a sus sicarios profesionales en plena faena! Cine educativo en toda regla. Así fue como una gran parte de españoles dimos nuestros primeros pasitos en el aprendizaje de la lengua del país del Sol Naciente con palabras cargadas de simbolismo como Katana, Shuriken, Nunchakus (mal llamados “Luchacos”) y Yoko Ono.

Comentario II (particular): En mi ya ávido interés por aquel entonces por las ciencias Biomédicas y muy especialmente por la Fisiología General, Sho Kosugi participó activamente en mi incipiente formación académica, explicándome las diferencias de presión entre una vena y una arteria y sus consecuencias. Así en la lucha final de “La Venganza del Ninja”, el bueno de Sho, rebana de un certero katanazo la artería femoral del archienemigo demostrando que la sangre arterial (además de ser más rojita) puede salir disparada a más de 2 metros de la victima sin ningún problema gracias a su mayor presión vascular.

Puesto que me encanta dejarles con la miel en los labios...En el próximo post: El gran Chuck Norris, “Aguila de Acero”, “Masters del Universo”, Stallone y “Cobra”, un chaval llamado “Van Damme”, “Breakdance” y muchas más sorpresas...