27.7.07

Aquellas Maravillosas Gasolineras...(cara A)

El verano ya ha llegado y no vean como aprieta "la calor". Es tiempo de playa, piscina, chiringuito y regodeo. En suma, de tumbarse a la bartola que para eso nos lo hemos ganado. En este, su blog amigo, vamos a despedirnos (momentánea y estivalmente) de la mejor manera que sabemos: criticando al personal.

Para ello permítanme que les ponga en situación. Verano abrasador a mediados de los 80. Somos unos zanguangos inquietos en la parte trasera de un Seat 850. Nuestro paciente progenitor, hastiado de tanta calor, de los comentarios de la suegra, de los gritos del niño, de la temperatura del agua y la eterna caravana de coches que tiene delante, decide para unilateralmente el coche en el siguiente bar de carretera que vea para que todo el mundo se despeje, el coche se enfríe y él relaje sus esfínteres y los niñós (uno de ellos mareado como una peonza) ingieran dos "mirindas" de naranja y un platico de tramusos.
Así, la típica familia española proletaria se apea en el Bar "Potajero Chico" de Utiel (Valencia) para tomar un refrigerio cuando todavía les quedan 3 horas de caravana hasta tomar el desvio de Minglanilla. Todo transcurre con aparente normalidad si no fuera porque el primogénito se queda absorto contemplando un extraño artefacto que mora cerca de la máquina de tabaco: la jaula de los casettes...que cual vil instrumento de tortura, muestra su carga maléfica al respetable...(nuestros lectores mas jovenes no se creeran ahora que esto era la más parecido a la FNAC que teníamos...)

Decenas de áutores anónimos y músicos desconocidos de serie Z pueblan la mente del zagal que como una esponja memoriza diligentemente los nombres de todos ellos vaya usted a saber porqué motivo (jugarretas del subconsciente). El niño crece y hoy, henchido de sabiduria y cultura, decide hacer un homenaje a toda esa morralla de verbena cutre de pueblo, a todos esos aprendices de John Lennon, pero músicos al fin y al cabo, gente con la cabeza llena de sueños y la garganta llena de pollos. Va por ellos.

Hablar de casettes de gasolinera es hablar de Camela, los reyes del Tecno-flamenco, los creadores de la bazofía gitanera que cierta turba de mascachapas insisten en propagar atronadoremente desde sus Opel Kadett tuneados. Aqui los vemos en una divertida pose de uno de sus primeros discos.

Detenganse en la foto. Ella con pinta de peluquera de arrabal y voz de pito, el de los bigotes que también canta agitanado (que seguro que vendía zapatos en el Mercado de la Pista) y el del extremo inferior derecha (el del organillo, aunque el prefiere que le llamen el teclista), creador de esos ritmos sincopados que han causado sensación en la mayoría de ciudades dormitorios españolas durante los últimos 15 años. ¿Y quien es el payo de la guitarra? ¿No desentona un poco con esa camisa? Con razón lo echaron del grupo. El fondo es para mear y no echar gota: unas nubes violetas. Puro fondo de foto de comunión.

Les veo preocupados. No se me enerven. No nos olvidamos en esta página del recientemente fallecido y Rey de Reyes (de las gasolineras): EL FARY. Yo no tengo palabras para definir a este monstruo de la comunicación...

¿Quién ha dicho feo? Pero si es todo un gigoló. Esa camisa, esa chaqueta, esa pose elegantemente descuidada...Excomunión completa e instantánea a todo aquel que ose mentar el nombre de El Fary en vano. Quedais avisados.

Seguimos con otro máquina en esto del top gasolinera: Cecilio. Que porte. Todo pundhonor. Y que pedazo de single "El niño y los pajaritos/El milagro de San Antonio"...al mismo nivel que "Strawberry Fields/Penny Lane" como poco...No se si podran leer las canciones del casette pero me quedo con "Maldito sea el dinero", "Manolete y Joselito", "Los de la tercera edad", "Que tendrá Vigo" y "Con Fidel o sin Fidel" (una crítica encubierta al regimen castrista muy atrevida y de fuerte carga política). Y por supuesto la sin par..."Tiene mi novia una cosa". Pregunta A:¿Qué cosa? No sera algo colgando entre las piernas ¿verdad? y B: ¿Desde cuando un tipo como Cecilio, tiene novia?

Proseguimos con otros fieras del mundo artístico. Los Chunguitos. Miren que tres. El del medio es talmente la Mujer Barbuda. Aquí los vemos presentando su single "Pa ti pa tu primo". ¿El que? Mejor no preguntar que estos tienen muy mala sangre.

Dentro del ciclo de ritmos flamencorros, rumba gitana y demas ralea, no nos podemos olvidar de "El Pelos y los Marus". Auténtica droga dura en vena. Con estos dos pocas bromas. Sabemos de buena tinta que debajo de los sombreros tienen sendas navajas de Albacete que en caso de abrirse nunca pueden cerrarse si no es con sangre en su filo...El Pelos es el de la izquierda. De nada.

La diversidad éstilística era algo palpable y fehaciente en el mundo de la música de los carburantes. Asi, también teniamos a auténticos crooners hispanos como Dandy Salomon. Aqui lo vemos en su disco "Paso de Todo" rodeado de tres bellezones avidas por gozar de sus encantos más íntimos. Pero él pasaba de todo...o al menos lo disimulaba muy bien. Estoy seguro que por dentro pensaría: "Mama mirame, en mi puta vida voy a estar así de bien vestido y rodeado de tres gacelas como estas con cara de tener ganas de comerme el cirXXXXXlo. Tu hijo ha llegado lejos". ¿Y que me dicen del nombre? Dandy Salomon. Parece una colonia barata...



Por muy mal pensados que sean Las Gemelas Fantásticas no son dos chicas que trabajan en ese club de carretera "Autopista 7000" de la Nacional 340 a la altura de Castellón. Que va. Se trata de un potente duo coral que allá por los 80 hizo las delicias del radiocasette del coche de mucha gente y para que mentira, las eternas esperas de entrada a las grandes ciudades, eran menos esperas. Aqui las tenemos jovenes, decididas, en la cima de su belleza, con una arrolladora personalidad e identidad. Como dos gotas de agua. ¡Solo que a la de la derecha le falta un diente! En fin, no eran tan fantásticas como pretendían. No me nieguen que no es complicado mantener la postura en plan "estiramiento". Por cierto, buscaban salida en el mercado internacional, de ahí su single "walking"...on the wild side. Creo que actualmente regentan ese club de carretera "Autopista 7000" de la Nacional 340 a la altura de Castellón.

Juan Bautista en un clásico. Y punto. Un hombre tranquilo, con una vida mas o menos gris, que un día de repente decide dedicarse a eso de la música. ¡Pues claro, coño! ¡En la vida hay que tomar decisiones arriesgadas, ser un "echao palante"! Y a pesar de que sus amistades ven a Juan Bautista como un sosainas inútil, el tio es un emprendedor nato y se lanza de lleno en las fauces del turbio negocio musical publicando un disco homónimo: Juan Bautista. Aquí lo tienen.

¿Se puede ser más honrado? Pues no. Con ese jersey de punto tejido por la suegra con su tricotosa, esa camisa de cuello vuelto azulona regalo de reyes del cuñado, ese pelete...¿y las gafas? que me dicen de las gafas. Este hombre es pura bondad, transmite confianza. ¡Yo veo un disco así en una estanteria y me lo compro ipso-facto solo de pensar lo bueno que tiene que ser este hombre!. De los efectos de imagen conseguidos con papel de charol del kiosko hablamos otro día.

Lo del rock progresivo y la música psicodélica, para entendernos música "rara de cojones" que se ha dicho toda la vida, no es patrimonio del mundo anglosajón. Así Fat Esteban (con Juanjo Pedregosa) edita su pionera obra "Galaxian" a mediados de los 80 con gran exito de crítica y público.

Preguntas que nos surgen al ver una portada con mucha referencias cruzadas y mensajes ocultos. ¿Quién es Fat Esteban de los tres? ¿Y quién es Juanjo Pedregosa? ¿Y el que queda quíen es? ¿Porqué los dos de atras están enfundados en papel de plata y llevan una M y una F en el pecho? ¿Por qué el de la izquierda lleva collarín? ¿Y el de la derecha no es un clon de Woody Allen? Y el de enfrente...¿no os suena un vendedor de colchones que es igual que él? Estoy perdido y turbado. Es lo que tiene el rock progresivo...que no progresas!

Volviendo a las raices mas profundas del flamenco, a la pureza, la esencia, el duende, los canones de lo que ha sido este importante movimiento musical español, debemos mencionar a Porrina de Badajoz y su disco "Marqués de Porrina". Este tio manejaba asuntos sucios seguro. Esas gafas tintada, ese chambergo de pelo para ir bien abrigado y esconder algun arma, esa mirada de los mil metros...Todo un capo mafioso de primer orden.

Despediremos esta primera entrega de "Aquellas Maravillosas Gasolineras" (Cara A) con uno de los discos más curiosos de aquella época. Mucho antes que los músicos norteamericanos se fundieran en aquella canción tan pesada que mira que dió por culo "We all the world, we are the children" a favor de los más desfavorecidos del Continente Africano, aquí los discapacitados ya sabían que si querían algo lo tenían que hacer ellos mismos. De esta manera, la Asociación de Laringectomizados de León sacó un disco en defensa de su colectivo. Para que se hagan una idea y si conocen el universo de Star Wars (¿como no lo van a conocer si ustedes son los mas freak que ha parido madre?), las canciones de este disco parecen interpretadas por un coro compuesto por Jawas, Ewoks y Moradores de las Arenas. Lo que no dicen estos ex-fumadores es la cantidad de esputos sanguinolentos que tuvo que fregar la mujer de la limpieza del estudio tras la grabación de LP...(por cierto la versión que hacen de "Yesterday" te pone les pelos como escarpias)


En fin, disfruten con estas perlas musicales, todo eso si es que todavía pueden encontrarlas en mundo donde las gasolineras con solera, donde uno se podía hacer un quinto de Mahou, un chato de vino del Villar, una Mirinda de Naranja o un Cinzano con almendras y tramusos, han dejado paso a estériles areas de servicio sin el encanto de sus predecesoras pero atiborradas de dulces con nombres impronunciables y bocadillos de chapatita minúsculos, fríos y duros.

Sin duda, los primeros sintomas de la decadencia del mundo occidental.
En unos días, la Cara B!!

15.7.07

Al filo de lo IMPENSABLE!!

En los últimos comentarios aquí expuestos, he constatado furibundas críticas de algunos de mis lectores que otrora utilizaran mis habilidades para satisfacer el ego de su propia bitácora electrónica sin agradecérmelo siquiera. Argumentan que la calidad y cantidad de mis extensas disertaciones sobre la condición humana y sus consecuencias han caído en picado y ya no mantengo esa frescura y jovialidad de mis artículos pretéritos…Lejos de enemistarme con ellos, y comenzar así una discusión intestina que no nos llevaría a ningún lado, les daré la razón. En efecto, soy consciente de mi perdida de creatividad, pero ¿qué esperaban? Reconózcanlo. Cuando tuve a bien alojar una parte recóndita de mi comezón intelectual en los vastos campos cibernéticos de la red de redes nunca pensé que fuera a durar mucho esta singladura de la autocomplaciencia llamada “blog”. Pero ahí estamos. Haciendo feliz a la gente. Y gratis.

Me debo a mis lectores, por tanto. Soy una puta literaria y lo reconozco. ¿Quieren que “La Neuralgia del Trigémino” complete sus errantes y vacías vidas con nuevas “tontunas y chuminadas”? Haberlo dicho antes.

Estas últimas semanas, unas fiebres tercianas me han mantenido postrado en mi lecho en una actitud francamente ociosa. He tenido tiempo suficiente como para reorganizar el inmenso legado familiar que mora en parte del ala derecha de mi mansión. Y por casualidades del destino he podido leer con una pasión inusitada el “Diario Juvenil” de uno de mis bisabuelos terceros, Lord Henry de Westendgames, británico a la sazón que posteriormente trasladaría su residencia a la Piel de Toro, hastiado de lo insípido del clima y la cocina inglesas. Este Lord, destacaba por su carácter afable y socarrón amén de por su amor a la vida contemplativa y al goce de las maravillas que la Madre Naturaleza le proporcionaba.

En el diario que ahora tengo entre mis manos, se halla descrita una de las epopeyas más desconocidas pero a la vez más hermosas de la Historia de las Exploraciones emprendidas por el Hombre. Esta historia mítica que pronto pasaré a relatar, conjuga tragedia, drama, valor, honor y éxito a partes iguales y no desmerece en absoluto si la comparamos con otros ejemplos de coraje más conocidos por el gran público como fueron las exploraciones antárticas de Scott, Shackelton o Admunssen o las grandes sagas nórdicas de Nansen y Peary, por poner algunos ejemplos. Pero pasemos, sin más dilación a conocer las tribulaciones de un tipo de hombres que por desgracia han dejado de existir: hombres de verdad, con todas las letras.

En 1903, Lord Henry, se traslada a vivir al norte de la provincia de Alicante, en la soleada España. Una excusa para disfrutar de los placeres de la vida ibérica y poder practicar uno de sus “hobbys” favoritos, el senderismo, en las intrincadas cadenas montañosas de la Sierra de Aitana, Serrella o Mariola, repletas de parajes de gran belleza así como de peligrosas, frías y remotas cimas solo al alcance de los más osados.

A los poco meses de contraer matrimonio con una hija de la nobleza local, decide invitar a dos de sus mejores amigos de los tiempos del “College” en Oxford, amantes así mismo del inexplicable goce de subir montañas y recorrer barrancos cual cabras montesas, para compartir el placer de la ascensión al titánico pico “Menejador” situado en lo más alto de la Sierra de la Font Roja, atiborrada de nieve por aquel entonces, fruto de una inesperada ola de vientos siberianos. Estos camaradas son, el hijo del baronet de Avalon Hill, Lord William Quest y el no menos importante hijo de Sir Robert, Duque de Sarum (Salisbury), Sir Ferdinand d´Ulbius y Chasioum, que aceptan de muy buen grado el ofrecimiento de su antiguo compañero de correrías y corren prestos a reservar billete en el primer vapor con destino a Alicante.

Los preparativos se desarrollan sin incidentes dignos de mención y así una gélida mañana de invierno comienzan la ascensión al pico, ataviados con sus mejores pertrechos. Las primeras horas, obnubilados por los bellos parajes nevados de la sierra, nuestros hombres los dedican a proferir chanzas unos de otros y recordar tiempos pasados en el “College”. Las risas se suceden y el ambiente se hace alegre y distendido. Nadie podría prever por aquel entonces, como cambiarían las tornas y el cúmulo de desgracias que se abatiría sobre el grupo.




Bucólica estampa del paraje Alicantino. Sir Ferdinand (izquierda) y Lord William (derecha) posan despreocupadamente, ajenos a lo que se avecina. (Foto Cortesia Fundación Greg Stafford)

En una ascensión rápida y técnicamente perfecta, Henry, William y Ferdinand, hollan la cumbre del pico Menejador en pocas horas. Gracias al pequeño daguerrotipo que Ferdinand portaba consigo, tenemos un documento visual del momento, si bien la calidad de las emulsiones ha empeorado sobremanera durante todo este largo tiempo. Pido disculpas de antemano. Es en la cima, donde nuestros aventureros descansan un momento para retomar fuerzas a base de un frugal almuerzo, ya que les queda sin duda un largo trecho de vuelta al campamento base. Nada más ni nada menos que una vuelta completa de más de 15 millas a una sierra cubierta de nieve y hielo.


Sir Ferdinand y Lord William admiran, mientras degustan un frugal almuerzo, las vistas desde el pico del Menejador. (Foto Cortesia Fundación Greg Stafford)

Surge el primer contratiempo que devendría en fatalidad. Inexplicablemente, la suela del calzado de montaña de William comienza como a cuartearse. Ferdinand y Henry le restan importancia y proponen continuar con la vuelta a sabiendas que les distanciaría del punto de regreso en caso de necesidad. No fue una sabia decisión como luego veremos. Pero en aquel momento, nuestros hombres, jóvenes, fuertes y experimentados se consideraban poco menos que Dioses paseando por sus dominios y creían que nadie podría hacerles mella. ¡Cuanta soberbia juvenil, y cuantos males habrá causado a lo largo de las épocas!


Comienzan los contratiempos. Lord William muestra el precario estado de su calzado mientras Lord Henry ríe ignorando las terribles consecuencias. (Foto Cortesia Fundación Greg Stafford)

A medida que se prolonga la excursión, las botas de William se resienten más y más ofreciendo un aspecto lastimero. A duras penas la suela se tiene en pie y el cuero deja pasar más agua, nieve y humedad que retener. Los pies de William comienzan a enfriarse y el caminar entre el hielo y las rocas deviene algo cada vez más costoso. Se decide volver, pero ya todo da igual, ya que la ruta de regreso apenas difiere si se vuelve por el mismo camino que si se da la vuelta completa que en principio tenían planeada.


Plano picado que muestra el sufrimiento de Lord William y el triste estado de unas botas que se deshicieron en apenas unas horas. (Foto Cortesia Fundación Greg Stafford)

Henry y Ferdinand son conscientes del sufrimiento de William, que a duras penas avanza entre la nieve apretando los dientes, sin proferir queja alguna. Los hombres callan, sabedores de que queda un largo camino de retorno y que será difícil que las botas de William aguanten, y más si cabe cuando son un legajo de cuero empapado y la suela se ha perdido completo…William lleva una hora caminando sobre sus calcetines y por honor, no le ha dicho nada a sus compañeros para no preocuparlos mas de la cuenta. Solo así es capaz de sufrir todo un caballero inglés sin mostrar dolor siquiera.

La marcha se torna en tragedia. Las horas se suceden y la sierra no se acaba. Los antaño bucólicos parajes se tornan en escenarios gélidos de la desesperación. Ferdinand reprocha inútilmente a William la mala elección de su calzado y William se enfurece sobremanera. Henry intenta apaciguar los ánimos pues sabe que en esta situación lo peor que podría pasar es que se perdiera la calma, además de un par de botas de dudosa calidad, ya que en este supuesto peligraría la vida de los tres integrantes.

Llega un momento en el que William no puede más y así lo hace saber a los otros. Las piedras se clavan en sus atenazados y mojados pies. Henry explora las extremidades de su compañero que en la última hora han adquirido una peligrosa tonalidad azul. “Habrá que cargar con él”, concluye, para luego echarse a su compañero a la espalda con la esperanza de poder llegar así al campamento. De nuevo la solución es estéril y apenas puede andar unos metros con su compañero a la espalda.

Solo hay una salida y el trío comienza a intuirla en su fuero interno. Deben dejar a William en la montaña, mientras Ferdinand y Henry regresan al campamento base. Allí, uno de ellos se quedará al abrigo del fuego y el otro cogerá las botas intactas y los calcetines secos del compañero, volverá a desandar el camino andado y traerá a William de vuelta.

Sin duda, una decisión arriesgada y llena de posibles contratiempos. William extenuado y dolorido decide esperarles mientras se abriga los pies con el abrigo que Henry le cede. Con fuertes abrazos y lágrimas en los ojos, el trío se despide pensando en que puede ser la última vez que estén juntos. Abandonado a su suerte en un recodo nevado y desolador, el tiempo es ahora el enemigo a batir, y así Ferdinand y Henry comienzan una incesante carrera por la vida de su compañero.

En una epopeya que “recordarán las tres razas” (parafraseando a Tolkien), Ferdinand y Henry corren entre la nieve a pleno pulmón, descendiendo la montaña, mientras sus corazones laten con tanta fuerza que parecen que quieran salirse del pecho. Pero en la mente de estos hombre, no hay lugar para el cansancio, para el abandono, para la derrota…solo una idea en la mente les guía: traer de vuelta a William, sano y salvo, rescatar a su camarada de las fauces de la muerte. En unas horas llegan al campamento base, exhaustos y agotados. Parecía que todo había acabado, pero sin lugar a dudas ahora comenzaba la parte más crítica del rescate: ahora uno de ellos tenía que reascender la ruta lo más rápidamente posible.

Es en esos momentos, cuando la forja de los héroes sale a la luz, cuando apenas queda un resquicio de salvación, cuando todo está perdido, cuando ya no hay esperanza. Ferdinand se presta voluntario y sin apenas descansar ni para tomar el resuello, coge el calzado y los calcetines de Henry se despide de él y retoma el tortuoso camino de ascenso. Henry le mira partir temeroso de perder a dos de sus amigos en la misma montaña. No puede dejar de pensar en que tal vez sus errores, han provocado que las invitaciones a sus dos amigos se hayan convertido en sendas tumbas…y la espera se le hace eterna. Nada puede hacer ya. Todo está en manos del cruel destino.

Poco o nada conocemos de la colosal ascensión de Sir Ferdinand y de los pensamientos que se seguramente se agolparon en su mente durante la segunda ascensión. Me atrevo a decir que todos sus miedos en aquellos momentos fueron superados por el inmenso sentido del deber que ha caracterizado a la gloriosa familia Ulbius durante años, ya fuera en otros escenarios como la invasión Zulú en las colonias africanas, la guerra contra las 13 colonias americanas, o el desembarco de Crimea. Solo así se explica que Ferdinand, todo un caballero inglés, lograra su cometido y trajera de vuelta a William entero y de una pieza.

No me extenderé en detalles, pero el reencuentro fue celebrado por los tres que de nuevo entre abrazos, risas nerviosas y no pocas lágrimas, mostraron sin reparos la inquebrantable amistad que les unía. Y es que no todas las lágrimas vertidas han de ser producto de la pena y la tristeza…

La historia se convierte en mito, el mito en leyenda y hoy quedan pocos habitantes en esas sierras que recuerden la gran aventura de los tres ingleses. Recientemente las autoridades de la región han recibido una propuesta anónima para la instalación de una placa conmemorativa de una de las más grandes epopeyas vividas por el ser humano, si bien mucho me temo que caerá en saco roto, más si tenemos en cuenta la facilidad con la que el hombre tiende a olvidar la grandeza y ejemplo de sus semejantes.

¡Sirva pues, este, su blog, para dar fe de las hazañas de estos tres grandes hombres!


De izquierda a derecha, Lord Henry, Lord William, Carlos (un guía local) y Sir Ferdinand disfrutando de los placeres en una taberna típica española. (Foto Cortesia Fundación Greg Stafford)

PD. El lector, emocionado por el relato, sin duda, se preguntara ahora…¿Qué fue de ellos?

Lord William Quest, hijo del Baronet de Avalon Hill. Se doctoró en Medicina y fue médico en el 6 regimiento de Infantería de Su Majestad en la Gran Guerra. Desapareció en la batalla del Somme y nunca fue encontrado su cuerpo. Algunos creen que sobrevivió pero sufriendo una amnesia total y probablemente se estableciera en Francia, acabadas las hostilidades, como viticultor de cepas Cavernet-Sauvignon creando la archifamosa marca de caldos “Guillem du Generthel”, de reconocida calidad y prestigio.

Sir Ferdinand d´Ulbius y Chasioum. Se declaró desertor cuando fue llamado a filas y huyó del país con destino a las remotas tierras de Nueva Zelanda, donde se estableció como ganadero ovino y empresario textil con gran éxito. Con una visión inédita para la época, diseñó unos revolucionarios telares que funcionaban con tarjetas perforadas codificadas, sentando las bases de lo que en futuro se llamaría “programación informática”. Años después, la empresa Microsoft, compra los diseños originales de Ferdinand para lanzar poco después al mercado el software MS-DOS.

Lord Henry de Westendgames. Tras finalizar sus estudios, se dedico de lleno al mundo de laboratorio. Patentó uno de los primeros antibióticos de amplio espectro antimicrobiano y cedió la patente a los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial. En pago por los servicios prestados y por la capital importancia de sus hallazgos, el general Ike Eisenhower en nombre del pueblo norteamericano, le regala un atolón en el pacifico sur para su goce y disfrute. Será allí, donde pase sus últimos años rodeado de jóvenes nativas tahitianas ninfómanas. Muere gordo, pero feliz.
"Resquiescat in Pacem"