21.7.08

Grandes Desconocidos de la Cultura Universal: Hoy, Shing Shang-ok!!!

Nos vamos de vacaciones señores, que ya es hora. Pero antes de cerrar el chiringuito por lo menos hasta finales de agosto que menos que ilustrarles con una nueva entrega de la sección “Grandes Desconocidos…”. Aprovechando la reciente retrospectiva que la Filmoteca de Villalgordo del Cabriel le dedica, hoy hablaremos del insigne cineasta coreano Shing Shang-ok y de la que es su producción más conocida, la inigualable “Pulgasari”. Pero no adelantemos acontecimientos y empecemos las cosas por el principio.

Shing Shang-ok nace en 1926 en Chongjin (actual Corea del Norte) que por aquel entonces estaba ocupada por los tropas del Imperio del Sol Naciente. Poco sabemos de su infancia aunque suponemos que fue feliz, tranquila y sin sobresaltos si no tenemos en cuenta el compendio de atrocidades que el Ejercito Imperial Japonés perpetró durante aquellos años y entre los que destaca el genocidio cultural, el esclavismo sexual, los experimentos eugenésicos y el asesinato sin motivo alguno de todo aquel que oliera a coreano. Todo parece indicar que el bueno de Shing, a diferencia del resto de sus compatriotas, no tuvo que acabar hasta los mismísimos cojones de aguantar al invasor, puesto que estuvo durante tres años estudiando en la Escuela de Bellas Artes de Tokio. Sería allí donde se desarrollarían sus innatas habilidades para con el Séptimo Arte.

Shing comienza su andadura en esto del cine como ayudante en la producción de la genial y simbólica “Viva Freedom!” (1946). Todo un icono del cine coreano, ya que se trata de la primera película producida en el país tras la ocupación japonesa (y no vean como ponen a caer de un burro a estos últimos, que un poquito de resquemor si que había). Ahí va la sinópsis, para que puedan presumir ante sus amistades de ver cine coreano de autor cuando a ustedes lo que les gusta es tirarse a la bartola en el sofá y ver una peli de Stallone en pijama:

Cartel promocional del "flim" "Viva Freeedom" donde se ve a una china cudeira con cara de hogaza

“Agosto de 1945. Nam-bu (interpretado por el actor Dog Eun-gi), un pérfido coreano espía de los japoneses, canta por soleares el nombre de un activista independentista coreano que por supuesto acaba en prisión: Choe Han-jung (interpretado por Jeon Chang-geun). Pero hete tú aquí que este escapa porque es más listo que el hambre y se esconde en la casa de una enfermera macizorra (para los estándares coreanos) llamada Hye-ja (interpretada por Hwan Ryeo-hui si no me falla la memoria). A todo esto el Frente judai…perdón, Coreano de Liberación donde Choe tiene a bien echarse unos vinos tarde si, tarde también, está preparando un pifostio de agarrate y no te menees con atentado incluido, pero de nuevo la desgracia se abate sobre las ansias independentistas de esta noble gente y Park (interpretado por Kim Seung-ho ¿o era Chiang Kai-shek?, que más da) el artificiero del grupo y que estaba montando un pepino-masclet por aquel entonces, cae apresado por los maléficos antepasados de Yoko Ono. Pero el heroe se descubre en los momentos más turbios y así Han-jung (interpretado por Jeon Chang-geun, ¿ya no se acuerdan?) salva a Park (interpretado por una mezcla entre Kim Seung-ho y Chiang Kai-shek) y se esconde de nuevo pero ahora en la casa de la novia de Nam-bu (si coño, el espía, interpretado por Dog Eun-gi), que responde al nombre (facilito de aprender como todos) de Mi-hyang´s (interpretado por su puta m…por Yu Gye-seon). Lejos de deshonrar a la muchacha en represalia por la traición de su novio (que vaya manía la de esconderse en apartamentos de amiguitas tiene Choe), Choe Han-jung (el “prota” para entendernos, interpretado por Jeon Chang-geun como ya he dicho arriba) la adoctrina como toca y ésta no tiene reparos en no solo acompañar al amigo a la sede del Frente Coreano para que se haga el vino de rigor sino también en aflojar la mosca y hacer un donativo por el triunfo de la Revolución. Como tiene que ser. Pero en eso que aparece el novio despechado (y traidor), Nam-bu (interpretado por ustedes ya saben) con el séptimo de caballería en forma de Policía Militar Japonesa, que la había estado siguiendo “amagao”, le pega un tiro a Mi-hyang´s (intepretada por bla,bla,bla…) que la deja más seca que la mojama (por zorrona) y hiere a Choe Han-jung (interpretado por Maz Ing-er). Al final, Hye-ja (la del primer apartamento, si hombre la enfermera) se medio enamora del galán herido (que mira tu por donde también es el guionista de la peli, aquí no ganamos para sustos) y lo ayuda a escapar del hospital mientras los vigilantes, en un claro ejemplo de cumplimiento de las ordenes adscritas, duermen como troncos. Final abierto y lleno de esperanza. Emoción y musiquita.”

La peli lo peta y Shing Shang-ok trabaja como un poseso durante los años 50 y 60 en lo que se ha venido a llamar la “Edad de Oro” del Cine Surcoreano y de la que mira tú por donde nosotros no nos hemos enterado (ni una maldita reseña en nuestros libros de texto, que asco de sistema educativo). De hecho, Shing se muestra muy prolífico y dirige del orden de tres o más películas al año ganándose el sobrenombre de “El Príncipe del Cine Coreano”. Desconocemos si hubo algún “Rey”. Funda “Shing Films” que durante los años 60 produciría más de 300 películas (muchas de ellas despreciables). A todo esto sumamos su feliz matrimonio con la actriz coreana número uno, Choi Eun-hee, la “Judy Dench” coreana para entendernos. Todo pinta bien y las cosas parecen ir viento en popa…


La pareja feliz hénchida de felicidad. ¡Ya puedo arrimar cebolleta!

Pero comienzan los 70 y le caen ostias como panes. Shing deja de hacer 6 películas al año, muchas de las que estrena se estrellan en la taquilla y encima la industria cinematográfica surcoreana entra en recesión, en gran parte debido a la estricta censura gubernamental. Shing se pone farruco (“dejadme crear, me queda lo mejor”- espeta) pero la respuesta de presidencia no se hace esperar (“si son iguales que las trescientas anteriores, va a ser que no” – replican) y en 1978 le chapan el estudio indefinidamente. Para colmo de males, Choi Eun-hee (interpretada por herself) le pide el divorcio.

Los problemas crecen...para nuestro Johnny Cash a la coreana

Hasta aquí, la típica historia de auge y caída. Nada nuevo bajo el sol. Pero para que los lectores se aperciban de que “…en la vida cuando Dios te cierra una puerta, tiene la decencia de abrirte un ventanuco estrechito” sigan leyendo porque la cosa no acaba aquí.

En 1978, su ex mujer Choi Eun-hee desaparece misteriosamente cuando estaba rodando un film en Hong – Kong. Shing (que todavía la ama con locura) corre presto a buscarla, pero en cuanto llega a la ex colonia británica es ¡secuestrado! Alguien le pone un saco en la cabeza, lo atiborra a sedantes y lo embarca en los muelles de Hong – Kong es un oscuro bajel con destino a…¡Corea del Norte! El paraíso comunista en la Tierra dirigido con mano de hierro por el todopoderoso Kim Jong-Il!!!


Primerísimo plano del tio mas malo del mundo. Parece mentira...

Shing despierta en una lujosa residencia en Pyongyang…pero ¿quién ha ordenado esto? y lo que es más importante ¿por qué? Intenta escaparse en dos ocasiones pero es detenido y encarcelado durante cinco largos años en un campo de reeducación cultural. En 1983 surgen las primeras respuestas: Liberado del presidio es invitado a cenar por el mismísmo Kim Jong-Il el cual le revela que su secuestro (y el de su ex esposa que aparece por allí tras largos años de enchironamiento) obedece a un plan urdido por el mismo en aras de establecer una industria cinematografica nacional propia (y autosuficiente) que no se separe ni un ápice de la doctrina “juche” (busquenlo en wikipedia y no me den tanto el coñazo) y que garantice una expansión mundial de la ideología del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte. Ahí es nada.

Kim Jong-Il plantea sus exigencias: Quiere que Shing sea el cineasta oficial del Régimen. El mismo, actuará como productor de las películas como buen aficionado al cine que es. Se dice que el Dictador Coreano, coleccionista de más de 15.000 películas (en formatos VHS y Beta y que nunca devolvió a su video-club), es un amante de las películas de Rambo, James Bond y la serie Viernes 13 amen de ser un fan declarado de Elizabeth Taylor. Por otra parte, quiere que Shing y su ex mujer Choi Eun-hee vuelvan a casarse. No le gustan los hogares desestructurados.


El parecido con Elizabeth Taylor es increible.

Con más o menos tiranteces, Shing se pone manos a la obra. En apenas un par de años produce más de una veintena de películas claramente publicitarias a mayor gloria del régimen de Pyongpyang. Pero donde realmente lo vuelve a petar es en la producción de la mejor película que Corea del Norte ha dado al mundo: la épica “Pulgasari” (1985), el “Godzilla” coreano. Además de ser una película de hombres vestidos con trajes de dinosaurio pegando berridos, detrás de Pulgasari, denotamos una furibunda crítica al capitalismo feroz y un enaltecimiento de la importancia del colectivo. Juzguen ustedes mismos. Para que vean que no reparamos en gastos, vamos con la sinopsis en flan fotonovela con foticos y todo.

Cartel promocional de "Pulgasari". Cine con mayúsculas.


“En el siglo XIV, en plena dinastía Koryo, a los campesinos sujetos a la tiranía de la nobleza se les empiezan a inflar los huevos. Para aplacar las iras de estos descerebrados agricultores, el Rey ordena requisar todas aquellos aperos de labranza que bien pudieran convertirse en armas. Taksae (interpretado por Gwon-Ri) un habilidoso herrero desafía la orden real y fabrica armas para dárselas al populacho. Lo detienen por lerdo y lo torturan hasta la muerte. Si bien (y como haríamos todos llegados al caso) en su últimos estertores es capaz de fabricar un muñequito con el arroz que le ha traído su hija Ami (interpretada por Chang Son Hui) al que pone de nombre Pulgasari (o “inmortal” que mira tu por donde es el nombre de una bestia mítica coreana que según la leyenda ayuda al pueblo llano en momentos difíciles).

Con estas manitas y mis abalorios...


Tras su muerte Ami y su joven hermano llevan el muñequito de arroz a su casa como recuerdo de lo imbécil que puede llegar a ser su padre. Pero un día, una gota de sangre de Ami (no se aclara si menstrual o no) cae sobre la figurita de arroz (que empezaba a oler a cuco) y ésta no solo cobra vida sino que se hace más grande que un armario ropero a medida que va zampándose bocadillos de hierro.


Hola soy Pulgasari, el amigo de los niños

Unos días después, el novio de Ami, el activista-abertzale Indae es capturado y condenado a muerte por el método de descabello pero Pulgasari aparece de repente y le salva al vida al muchacho. Aquí la cosa se desmadra. El pueblo llano erige al monstruo de arroz como su nuevo mesías y le sigue en una revolución imparable que solo se detendrá en el palacio del Rey.

¡Dejad al revolucionario en paz y venga acá esa espada que tengo regomello!


La peli avanza. Los ejércitos del Rey no saben como parar a Pulgasari. Un general (de lo poquito inteligente que tiene el monarca) toma como rehén a Ami y captura en una inmensa jaula a Pulgasari para acto seguido achicharrarlo vivo. El bicho resulta ser inmune (¿no te había quedado claro, general?), manda la jaula a freir vientos y salva a Ami.

Chuscarradas a mi...


Llega la batalla final (10.000 extras del ejercito de Corea del Norte correteando como pollos sin cabeza) y como el Rey está cagadito de miedo, la pierde miserablemente. La paz y la justicia vuelven a reinar…pero claro el bicho quiere seguir jamando hierro. Los responsables del ramo (ferreteros mayormente) le dicen a Ami que algo hay que hacer o este bicho nos hunde el negocio.

Pulgasari...¿tu que pie calzas?


En un ejemplo de sacrificio por el país y por la revolución, Ami se mete dentro de una campana ceremonial en un templo rollo “budismo todo a 100, China en El Corte Inglés” y Pulgasari, desconocedor de la movida, se la zampa con Ami dentro. Ambos caen en un sueño muy profundo y se mueren en paz. Fin. ¿A que han llorado? Pues mejor, ya que cuanto más se llora, menos se mea.

Cabronieeers!!

El duo Spielberg-Lucas, Shing-Kim a la coreana, parece que funciona a la perfección ¿no? Pues no. De hecho en un viaje de negocios a Viena en 1986, Shing y su ex esposa (ahora re-esposa) escapan del férreo control norcoreano, se dirigen hacia la Embajada Norteamericana y solicitan asilo político. Dada su currículo, en EEUU no se lo piensan dos veces. Admitidos. A todo esto Kim Jong-Il convence a todo un país diciendo que han sido ahora secuestrados por los americanos e intenta contactar con la pareja para ofrecerse en lo que haga falta por si quieren volver a Pyongpyang.

No pasa nada, yo mismo me pondré detras de la cámara...

Durante los 90 aun tiene tiempo de devolverle el favor (en forma de películas) a los Estados Unidos de América por todo lo que han hecho por él. Aunque visto lo visto, mejor si se hubiera estado quietecito…dirige la secuela de “3 pequeños ninjas” titulada “3 Ninjas Kick Back” y produce la tercera (“3 Ninjas Knuckle back”) y cuarta entrega de la saga (“3 Ninjas: High Noon at Mega Mountain”), esta última con la inestimable presencia de todo una estrella del Actor´s Studio: Hulk Hogan. No quieran que les cuente estas películas por su propia salud…pueden verlas en Antena 3 cualquier domingo a eso de las 16:00.

¡No tomeis drogas, chavales, que se empieza por los porros y se acaba en algo peor!


Vuelve a Corea del Sur y poco más. Sufre un transplante de hígado en el 2004 (a saber lo que comería en Corea del Norte) y muere poco después por complicaciones hepáticas. El actual presidente de Corea del Sur Roh Moo-hyun le concede a título póstumo la más alta distinción que un artista puede recibir, la “Golden Crown Cultural Medal” (que digo yo que algo tiene que valer, por lo menos para entrar en la fábrica de chocolate de Willy Wonka a echarse unos quintos).

Soy solo un humilde contador de historias


Como siempre decimos en estos casos: Se nos va el hombre, nos queda la obra!!

Un consejo amigos: Regalále el pack DVD Shing Shang-Ok a quien más quieres.

Feliz Verano.

8 comentarios:

Recaredo dijo...

Fueron grandes obras las del maestro Chinchan, pero quizás cuando entró en la era estadounidense cayó en picado su creatividad, dejándose caer por lo comercial.

Artista, que eres un artista. No se de donde has sacado la imagen del pack, pero me da que ya en las guardias le tiras hasta al foto-chóp.

Menudo tiramisú tiene el zanguango del Hulk Hogan. Que peliculazas y que espectáculos ha montao el personaje. ¡No toméis drogas! jeje. Eso también lo podría decir mi amigo Riccó, el pájaro.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Impresionantísimo trabajo de investigación. Y yo aquí que me creía un valiente por haber aguantado un maratón de películas de Chiquito de la Calzada...

Adjunto Pulgasari a mi lista "Películas que ver antes de (y posiblemente causa de) morir", justo por debajo de El Ataque de los Tomates Asesinos.

huitzilin dijo...

Y Halagan, no te pierdas el (inolvidable) Zurullo Retroactivo.

Las dos cosas que más me gustan:
1) lo que me cuesta imaginar una "Judy Dench" coreana
2) el parecido entre Kim Jong Il y Liz Taylor

(Por cierto, una amiga mía sigue refiriéndose al loquito como "Kim Jong the Second". Creo que lo dice de coña, pero no estoy segura, y no quiero decirle nada, dada mi historia con las bromas que me hacen.. ejem, ejem)

Brillante, como siempre. Creo que nos gusta a tus lectores tanto como a ti te gusta crear estas "documentales". :)

huitzilin dijo...

Alberto acaba de hacerme saber que el tal Shing Shang-Ok existe de verdad, así como Pulgasari.

Ya no sé qué creerme y qué no. Mi mundo se está desmoronando...

Dr. Banting dijo...

Queridos amigos todos...

"En este mundo traidor,
nada es verdad,
nada es mentira.
Todo es de acuerdo al color
del cristal conque se mira"

Raúl Sánchez dijo...

Querido Dr Banting, busque la biografía del actor y director alemán Kurt Gerron y encontrará otro vida real más increible que la ficción, hay un documental, pero no se salse mucho, la historia es muy trágica, tendrá que añadir muy poco de su propia cosecha para seguir demostrando la falacia de la información por internet ese mundo donde la mezcla de anonimato y exhibicionismo expande cualquier bulo como el aceite. Genial como siempre su último artículo
Un

Anónimo dijo...

¡¡Ostras Pedrín, esta historia es de verdad!!
La realidad supera a la ficción y yo riéndome de sus ocurrencias.

Saludos.