9.6.06

El Códice Versace

Hoy, queridos lectores, comenzamos una nueva sección en este su blog llamada "Grandes Desconocidos de la Cultura Universal", donde me permitiré ir descubriéndoles a ustedes aquellas "perlas de la cultura popular" que por unas razones u otras (desde la falta de promoción recibida pasando por su ignorancia manifiesta) han pasado desapercibidas a los ojos del gran vulgo.

Sin más dilación hoy comenzaremos hablando de un libro cuya temática esta muy de boga hoy en día: "El Códice Versace" del húngaro Sandor Klineffelter. Me imagino al lector en estos momentos buscando paralelismos entre la obra citada y la archiconocida "El Código da Vinci" de Dan Brown. Desengáñense. Esta última es un plagio descarado y deshonesto de la primera. ¡Con solo decirles que el "El Códice..." fue escrita hace 16 años, queda dicho todo! Solo la poderosa maquinaria editoral estadounidense sumada a una serie de desgracias como el fallecimiento hace 5 años del genial escritor húngaro en un chiringuito de la Costa Blanca causado por una ración de Sepia con Mayonesa en mal estado, ha sido capaz de anular cualquier intento de acción legal para denunciar tan flagrante crimen.

Al igual que su predecesora (y copia burda y poco imaginativa como demostraremos), "El Códice Versace" podría encuadrarse dentro del subgenero histórico-literario de "Herejias y Templarios". En esta auténtica "Novela Total" confluyen todos los elementos que más tarde serían típicos (y tópicos) de este apasionante género: secretos inconfesables, sectas ultracatólicas, caballeros templarios, reliquias antiquísimas, enigmas ocultos, protagonistas femeninas monas sin el más mínimo interés...y como no, torpedos a la línea de flotación de la Iglesia Católica y más concretamente a la manera de interpretar las Sagradas Escrituras por parte de esta.

Sinopsis: Como buen húngaro conocedor de los entresijos de la vieja Piel de Toro, Klineffelter situó la acción de su novela en el mejor país del mundo por antonomasia: España. Así, el Dr. Longwood es un criptografo retirado estadounidense (cuyo único fin en nuestro país es ponerse morado a raciones de Paella y Sangría con una beca donada por la fundación Guggenheim) que se embarca "en una busqueda de más de 2000 años" (frase promocional que no debe faltar en este tipo de novelas). Todo comienza en una visita al Museo del Prado para echar la siesta en sus galerías, donde el Dr., de forma accidental al buscar el baño para aflojar los 3 litros de Vino de Villar del Arzobispo que se habia metido entre pecho y espalda para comer, entra sin querer en la sala donde reposan los innumerables fondos del museo y asiste atónito al descubrimiento (de nuevo accidental al buscar el interruptor de la luz) de un lienzo oculto depositario de un gran secreto. La pintura en cuestión, pertenece al pintor renacentista italiano y masonazo de toda la vida Domenico Modugno de Versace conocido por otras grandes obras religiosas que aun hoy el lector puede visitar en la mejor Pinacoteca Española: "Virgen lavándose la Entrepierna", "Niño sacandose los mocos y pegándolos debajo de la cuna" y "Virgen y Bote de Sopa Campbell. Nº 1".

El cuadro, eje motriz de la novela, no es "La Última Cena" (como muchos de ustedes se habran aventurado a pensar) sino "Lo que paso después de la Cena...antes de que vinieran los Romanos, a eso de la 1:00". Un momento histórico turbio y no aclarado en las Sagrados Escrituras. Como posteriormente apuntan evangelios apócrifos como el de San Serenin del Monte y Santa Agripina de la Bata de Cola y así el cuadro de Versace atestigua, despues de la Última Cena de nuestro Señor, y por hablar con lenguaje soez, "se montó una juerga de mil pares de cojones", donde corrió el vino y la música por doquier. Pero el cuadro tambien muestra unos detalles curiosos. Aparte de la Banda de Mariachis de Galilea que amenizó la fiesta y la troupé de babuinos equilibristas y que en el óleo salen desdibujados, observamos como tanto el Mesias como su prole de Apóstoles aparecen disfrazados con raros atuendos y con una expresión alegre en sus caras...pero que muy alegre!. Si a esto sumamos que el pintor italiano dibuja en todas y cada una de las orejas derechas de los asistentes un pendiente de aro y vemos como la mano derecha de Jesus se pierde en el trasero de Pablo de forma claramente intencionada...la conclusión se hace inevitable: Jesucristo y sus Apóstoles eran una panda de bujarronas en celo, unos palomos cojos...vamos que eran maricones y/o gays!!!!!!. Me he permitido poner una foto del cuadro (sin el permiso del autor)




Observen como la mano derecha de Jesucristo (suponemos que es el vestido de nativo americano) desaparece por detras del fornido cuerpo del "Agente de Policia Pablo". Observen el detalle del adorador del cuero (San Pedro) tocándose bien la huevera.

Como creo que no se han recuperado del shock, vuelvo a repetirlo para que quede claro: Jesus era gay. Y como podrán suponer la Iglesia Católica es conocedora de esta revelación e intenta por todos los medios mantenerla en secreto. Y podemos decir que casi lo consiguen si no es por el denodado esfuerzo de los Caballeros de la Orden del Temple durante el Medievo, que hicieron todo lo posible para sacarlo a la luz. ¡Pues no tenían ellos ganas ni nada de salir del armario! Sino digame que demonios pintaban en el signo templario dos caballeros en el mismo caballo...¿acaso iban de romería?

No desgranaremos más trama por no romper el hechizo y les emplazaré a que lean el final de un apasionante libro donde las creencias y la fe sufren una "sacudida de cojones". ¿Ustedes se han parado a pensar si las tesis de nuestro bienamado escritor maldito fuesen ciertas? ¿Si Jesus hubiera sido gay? ¿Si realmente solo se puede llamar "matrimonio" al matrimonio homosexual y el resto lo dejamos como "parejitas bien avenidas"? ¿Si todos tuvieramos que tener dos papas, y a uno de ellos le gustara el cuero? Como cambiarían las cosas. ¡¡Nuestra civilización sería otra!! ¡¡Inconcebible!!

Ni que decir tiene que la Iglesia Católica húngara corrió rauda y veloz a desacreditar tanto a la publicación como al autor. Este último aparte de ser excomulgado fue despedido fulminatemente de su trabajo como alicatador de cuartos de baño y tuvo que vivir a partir de esa fecha de la caridad húngara (que como podrán imaginarse no es para echar cohetes). Deshauciado, probó suerte viajando a España donde acordó vender uno de sus riñones a un acaudalado constructor de chalets de la Costa Blanca aquejado de insuficiencia renal, sin caer en la cuenta que solo le quedaba uno de una venta anterior para pagar el coche. La Sepia con Mayonesa en mal estado y la falta de glándulas renales para depurar tal concentración de tóxicos hizo el resto.

Desde aqui, Sandor, donde quiera que estes, Descanse en paz.

3 comentarios:

huitzilin dijo...

No comentaste el gesto del trabajador de construcción. Está señalando una zona que es, para él, religiosa. Y no sé yo eso del matrimonio, ¿eh? Las únicas esposas están atadas al cinturón del policía. (Se llaman "esposas", ¿no? Espero no haberme equivocado... entonces se aruina el chiste, ya bastante malo de por sí.)

PD Una tía mía de muy joven fue a un concierto de los Village People porque le gustaba la música disco. No sabía que eran las encarnaciones de las figuras de la teoría queer. De hecho, era bastante inocente, y pensó: "Qué amables son todos estos hombres. Se abrazan mucho". Seguro que no hizo las conexiones, aquí tan aparentes, entre los discípulos y los Village People.

huitzilin dijo...

"arruina" con dos erres

¿Por qué sólo leo lo que escribo después de mandarlo? Corro el riesgo de que la gente piense "Pobre Lori, no es hispanohablante, se entiende" o (peor todavía) "Supongo que así se hablara en México".

Anónimo dijo...

La que se tendría que haber lavado más la entrepierna es tu madre, así a lo mejor nos habría librado de ti. El que escupe al cielo se escupe en la cara, ¡imbécil!